Aquella foto, su foto, un día no hace mucho tiempo, me mantuvo con vida
Cuándo el vendaval me enjaulaba en continuo azote, deslizaba mi mano suavemente sobre mi bolsillo trasero y observaba su retrato; Era increíble la fuerza que brotaba en mi interior con tan sólo mirarla a través de esa imagen entintada en papel
Como amuleto único y bello en el mundo la conservaba, como mi bien más preciado, ¿que tendría de especial? Pues que fuera donde fuera, viajaba conmigo, era como tenerla a mi alcance en cualquier punto, momento, en el vértice de mi cuerpo
Volaba el tiempo y gracias a esa foto superé grandes dificultades en la vida, superé muertes, rachas tan demoledoras como el viento huracanado, no tenía miedo a nada, tan sólo por el hecho de que el reflejo de esa foto era amor real impregnado...
Sin darme cuenta una de esas largas noches la imagen del retrato perdió el equilibrio en el fuego, pasando a ser un puzzle de cenizas nocturnas, volatilizándose en la nada.
Después de tanto tiempo siendo mi salvavidas en medio del océano, se alteró perdiéndose para siempre... La foto que un día salvó mi vida, la máquina del tiempo, futuro presente, me la arrebató, tan sólo existe esparcida en mitad del invisible ambiente que envuelve mi pesar, pues con ella emigró mi realidad
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