domingo, 23 de junio de 2013

La muerte de una estrella

En el pedestal más espigado de mi cielo,
tu luz dormitaba más hermosa que ninguna, de azul terciopelo
De entre millones en el manto crepuscular,
tu único brillo jamás me agotaba de observar

Jamás pensé que ese diamante espectacular
algún día tendiera a difuminar
Pero incluso los astros mueren, nada es perpetuo,
Tu luz se apagó; Pereciste desplomándote, convirtiéndote en algo neutro


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