Amo la noche que se embellece en su danza de mágicas luces, quedándose en silencio sin bullicio el universo
Amo la noche de cristales celestiales, que disimulan fugazmente con sus alas azules
Luciérnagas brillando en mi jardín me traen recuerdos de ti, tu allí yo aquí
Amo la noche como si de un reino se tratase, obviado de paz, armonía y eterna melancolía, cuya reina es la luna, las estrellas sus plebeyas, pero sin ese fulgor azul, el reino desierto sería
Espejo del día, pero a contraluz, algunos dicen que tristeza, pero sabrían que se equivocan si admiraran su sinuosa belleza
Amo la noche porque formulo mi mas sentido deseo hacia aquel fugaz lucero, desaparece la silueta tachada de problemas, ocultando la pena, siendo consciente de que ese manto llamado cielo, será algún día mi futuro
Amo la noche porque es libre, porque se muestra exactamente cómo es, porque no entiende de religiones, color de piel, ni de rencores...
¿Cuántos años tendrá la luna? Y jamás cambia, lo que es bello jamás envejece
Amo la noche porque dispara mis sueños y me arrebata la desilusión, crepúsculo con máscara de ángel caritativo, único testigo de mi llanto, cuyas lágrimas se evaporan convirtiéndose en lindas estrellas, cada cuál encerrando con llave un sentimiento
Amo la noche porque flota, se cae al alba, pero se levanta de nuevo al ocultarse el Rey Sol, asemejándose a una marchitada flor que decae y florece, la noche es la primavera de la esfera
Amo la noche porque está llena de pequeños detalles que se agigantan contra más transcurre la quieta madrugada, dándome esperanza para el día siguiente que se avecina cuesta arriba
Amo la noche porque se cuelga de revés, pues nadie apenas la ama y la valora, porque duermen cuando ella se manifiesta en su esplendor, sin embargo yo paso el día en vela, esperando que ella se postre en la aridez de mi tejado, fiel a mi cita
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