sábado, 22 de junio de 2013

Blancanieves y el Cazador

¿Que Blancanieves era princesa?
Efectivamente pero no tenía ni tierras ni riquezas
Ser pura de corazón la convierte en completa,
en la más imperfectamente perfecta de nuestro achantado planeta

Cazador vaga por el bosque, no tan cruel como lo pintan,
dispara flechas sin cesar para poderse alimentar
Paseos interminables por la espesura, obsoleto de sentimientos,
perdido entre árboles y el lamento del viento

Blancanieves sale a caminar, tarde invernal,
sóla, únicamente el piar de las aves la acomoda
El cielo nieva, ella suspira, llora incapaz de resguardarse del temporal
De la nada aparece Cazador, rescatándola, cobijandose junto a ella en una cueva

Dentro emana un avivado fuego, entran en calor,
pero la princesa tiritando de frío enferma.
El muchacho la despoja de sus ropas empapadas
y la cobija en su pecho, otorgándole su fuego interior

Noche en vela, cuidando de aquella señorita,
la cuál al mirar a los ojos Cupido lanzo su hechizo,
siendo por una vez presa de una flecha.
Sentimientos por segundo que jamás había percibido

La madrugada transcurría marchitando estrellas,
quedándose perpetuo y dormido sobre ella
Noche blanca, helada, de amor fugaz atravesada.
La magia en ocasiones amanece en la nada

Pero lo que amaneció fué un nuevo día,
ambos despertaron en el lecho donde la noche pasaron inadvertida
El calor corporal la salvó, ambos se miraron los espejos del alma,
de hecho sabían que cada uno de un diferente mundo provenían

Pero Amor es demasiado fuerte, no atiende a condiciones
Príncipe y princesa pueden ser cualquiera,
no para el mundo ni a nivel de títulos,
sino solamente para esa persona que te ame, que te quiera

En ese frondoso bosque, esa linda pareja
cultivó su semilla de adoración, ahora deben dejarla crecer
Una chica humilde y un bondadoso cazador
una bonita historia de verdadero amor


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