Si supieras quíen será la mujer de tu vida podrías ir a buscarla para aprovechar mejor el tiempo, o saber el fatídico accidente que se llevaría tu vida, para no coger el coche cuando supieses que iba a ocurrir...
Valdría para prepararte para todo con antelación. Saber de que trabajarías para así no romperte los sesos en tu juventud pensando qué quieres ser de mayor o saber las preguntas de esos exámenes que tantas noches te mantienen en vela
Tampoco te haría falta de una máquina para saber si en la barriguita de tu mujer crecía un niño o una niña, también sabrías con qué edad tu corazón dejaría de latir...
Podrías incluso ser un héroe evitando desgracias... O saber los números de la lotería...
Todo eso está muy bien, pero entonces tu vida perdería la esencia y la magia. Pues sabemos que la vida a veces puede ser un asco sí, pero a veces te sorprende, pero si supieras lo que va a ocurrir jamás te soprenderías y nunca encontrarías tu verdadera fuerza, esa que se obtiene enfrentándote al día a día, a los obstáculos que aparecen y se crean sin esperárselos.
Supongo que por eso se llama «Vida», porque es como un libro... Y los libros no se empiezan leyendo por mitad o por capítulos salteados, ni mucho menos por el final...
Hay que ir leyendo y escribiendo por orden desde el principio hasta el final, sin adelantar nada... Las claves de ese libro son la lucha, el trabajo, creer en tí mismo, arriesgar y amar, pasito a pasito, pues lo imprevisible es lo que hace que la vida pueda ser maravillosa
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