jueves, 25 de julio de 2013

Si tú no saltas, yo salto por los dos

La noche cae sobre mí,
en lo alto de la pérfida azotea
Dibujando la silueta de mi sombra,
mientras mi retina ni parpadea

Luces de neón ausentes en cada esquina,
me perfilo caminando por el borde de la cornisa,
equilibrista preso de una estrella malnacida,
cada segundo me la juego, avanzo más deprisa

El borde me tienta, el diablo me dice ¡No tienes valor!
Una fuerza superior me sujeta, me dice ¡No hagas tonterías!
Muerte hace acto de presencia en un milímetro,
entre la suela de mis zapatos y el vacío

Se clona la aflicción, sobra la ropa,
vivo desnudo ante las circunstancias de la vida
Recuerdo aquello que pronunciabas
«Si tú saltas yo salto»

Desamparado, ante el incumplimiento de la promesa,
desencadenaste tu mano de la mía,
bajaste del capitel por tu propio pie, cobarde
No te preocupes, si no saltas conmigo, ya salto yo por los dos


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