martes, 9 de julio de 2013

Eterno Bosque Dorado

En el bosque dorado nací, soy medio mortal medio inmortal, pues no puedo fallecer en cuanto a edad pero sí siendo atravesado por la punta de una espada
Por naturaleza nos creamos como seres tristes, pero mi corazón no desea ser así, soy diferente
Adoro la paz, sabio y gran conocimiento poseo; Amante de la naturaleza en su máximo esplendor: Plantas. animales, arboles...
Soy un ser hermoso, armónico y equilibrista, mi exquisita música afinada a través de mi arpa y mi danza élfica poseen maravillas
Todo lo que se manifiesta en mi vida está causado por el destino, más la magia es mi gran meta, descubrirla he de conseguir
Soy noble, puro, amoroso... No cuento los días pues el tiempo no me tortura ni es pecaminoso
En este bosque puedo relatar mi vida, escrita con tinta de mis cabellos dorados, pero deseo conocer mundo, la inmortalidad no me satisface...
Aquél unicornio, ese árbol megalítico, mi cielo nocturno serán eternos aliados, pero ¿Qué haré tantos años? Prefiero una vida corta e intensamente mortal
Aquella doncella que llena sus cántaros de agua en el lago, cantando melodías que llenan el alma, como una oración celestial profunda; Ella parece ser más feliz que yo, sabiendo que la muerte puede llevársela en cualquier momento
Esa flor de ahí, la cuál solo respira una primavera, rebosa más feliz que mi alma ¿Por qué?
Muchos mortales desatarían guerras por ser como yo, sin embargo yo regalaría lo que dicen que es un «don»
Pero la existencia debe ser una cadena, todo lo que acude al mundo, debería abandonarlo, dejando paso a otras cosas, pues así tu nombre siempre es recordado.
Yo soy eterno pero caigo en el olvido, conocer algo real es mi muerte, porque el caudal de los años me lo arrebatará y mis entrañas seguirán perennes, llorando cada cosa que el anterior destino me despoje...
Supongo que nunca somos lo que queremos ser, vivimos lo que nos toca y no lo que deseamos., sólo hemos de intentar adaptarnos, pero yo ni puedo ni quiero
Me enamoré de una mortal y me casé con ella, yo nunca cambiaba pero su pelo tornaba color gris y su cuerpo padecía de un bonito tacto arrugado, opacandose su voz al tiempo que se apagaban algunas estrellas.
Los mejores años de mi infinita vida fueron debidos a ella, pero el ciclo de la mortalidad me la desgarró de mis brazos ¿Cómo vivir sin ella? ¿Cómo subsistir sin alguien que cambió mi visión del mundo? Me encuentro sólo, rodeado de una vacía perpetuidad que se resiste a abandonarme; Todo a mi alrededor cambia, se difumina, se apaga y vuelve a nacer, se espanta, tiene miedo, se ahuyenta...
Y yo... Yo no tengo nada excepto un corazón hecho añicos y una sufrida, maldita e inerte plenitud vital inagotable.
Aquí junto a una lápida, donde yace la muerte hecha amor, reside mi verdadera razón; Por ese motivo el puñal que fuertemente sostengo en mi mano derecha acabará con lo que el paso del tiempo es incapaz de lograr
La sangre brota entre risas y sabor a victoria, pues he conseguido salir de este mundo, vivir la otra vida que siempre he deseado, junto al amor de mi vida, no en el bosque dorado, sino entre las lágrimas brillantes del cielo, el bosque oscuro donde nacen y mueren esos puntitos llamados estrellas


No hay comentarios:

Publicar un comentario