sábado, 27 de julio de 2013

Renunciar al corazón

No lo llamaría rendirse,
sólo renunciar a algo imposible,
como que crezca una flor superpuesta en el agua
o enraizando en el cielo tangible

Dejar pasar lo invisible,
tu fantasma, desamorío inservible
Deshojar corolas de petunias,
enjaulando lo imputrescible

Enterrar bajo llave el sentir,
despedirse de lo que no hay,
destrozar esas palabras sin abrecartas,
Esconderse como un sumergible

Desertar la misión,
traicionar al corazón,
con el único fin de que no estalle,
evitando su rotura fibrilar

Hurna de ternura incinerada,
cuyas pavesas toman alas,
desterrándose amorfas al olvido
Amar en el siglo veintiuno es objetivo perdido


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