miércoles, 31 de julio de 2013

Sedando el baúl de los recuerdos

Cada vez que destapo el baúl, me corroe la impotencia; Me veo en el extremo límite, pinchando morfina a los sentimientos embarazosos
Quemar antes de leer, palabras mudas, anónimos poco influyentes, cuyo rumbo permanecerá despistado, turista en pleno laberinto desigual
Vida inalterable, únicamente se transforma, cuyas condiciones se esfuman a la primera de cambio, sin importar tu llamada de auxilio
Debutas, situado en un campo cultivado de infidelidades, prendiendo de fuego las enormes espigas que rasgan tu tela de juicio
Ahogas tu migraña con somnífero apalabrado, perdiendo los papeles, sin guión, arrastrado por un aislamiento inmantado, atestado mediante pura deslealtad
Libretas que se convieten en cuervos, cuyo corazón son vocablos abstractos, pletoricos de ira
Manos que maniobran por control remoto, mediante hilos sedosos fabricados de envidia
Crueldad intolerable toma vida, en el núcleo suspicaz del arcón, el cuál intento silenciar con sedantes, sellándolo con candado de acero inoxidable, pero el muy miserable se libera, atrapándome en el meandro, con su enredadera.


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