jueves, 1 de agosto de 2013

Retrato de una princesa

Denominaré princesa a esa mujer que sea capaz de amar incluso después de la muerte, un alma luchadora capaz de sacar adelante una familia, incluso sacrificando su vida
Aquí la corona carece de sentido, aunque sí existe, pero se posee anudada a un bondadoso corazón, capaz de realizar actos increíbles sin pedir nada a cambio
Una auténtica princesa es aquella que llora en silencio, desconsolada en mitad de una noche quebrada, pero que al despertar dibuja una sonrisa en su rostro, contangiando su entorno con ella, la cuál hace sentir bien a los demás, sacando fuerzas de dónde sólo parece habitar dolor
El único vestido elegante, desproporcionado y hermoso que acicala una princesa, no es más que su piel desprendiendo naturalidad, derroche de belleza sin aparentar
Tú eres princesa porque te aceptas tal y como eres, así como también aceptas al resto del mundo, con sus virtudes y aún más defectos
No es fácil ser princesa, hay que estar a la altura de las circunstancias, pero seguir fiel a lo que tú dedices hacer o decir, te abrirá la puerta a un enorme castillo desbordado de felicidad, encontrando en dicha aventura un príncipe que te ame de verdad
Quien valora el interior por encima de lo superficial, quién elige su propio camino sin dejarse guiar más que por su persona merece un altar con etiqueta de princesa
Aparentemente normal, pero si te acercas, verás el reflejo de lo que significa realmente esa palabra, que nada tiene que ver con cuentos, con realeza ni riquezas...


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