Desperté, ya no estabas en la orilla de mi cama,
únicamente olvidaste tu carmín de labios marcado en mi mejilla,
tu aroma impertinente clavado en cada esquina,
tu reflejo dibujado en el espejo del cuarto de baño
Marchaste de viaje sin necesidad de mi compañía,
marchité siendo inmortal esclavo de tus besos
Ni siquiera una carta despidiéndote,
ni una razón, ni un culpable
Atrás dejaste alguien que jamás te dejaría,
un amor inolvidable esperándote en la estación de sus días
Adorando el teléfono, anhelando una llamada inexistente,
me recorrió el tiempo, me sacaste de tu mente
Todo cambió, renuncié a lo que un día fué mi razón
Aprendí a querer lo que no se ve, anduve despistado,
retrocedí al borde del acantilado,
arrojé mi ropa al mar, renuncié al sol
únicamente olvidaste tu carmín de labios marcado en mi mejilla,
tu aroma impertinente clavado en cada esquina,
tu reflejo dibujado en el espejo del cuarto de baño
Marchaste de viaje sin necesidad de mi compañía,
marchité siendo inmortal esclavo de tus besos
Ni siquiera una carta despidiéndote,
ni una razón, ni un culpable
Atrás dejaste alguien que jamás te dejaría,
un amor inolvidable esperándote en la estación de sus días
Adorando el teléfono, anhelando una llamada inexistente,
me recorrió el tiempo, me sacaste de tu mente
Todo cambió, renuncié a lo que un día fué mi razón
Aprendí a querer lo que no se ve, anduve despistado,
retrocedí al borde del acantilado,
arrojé mi ropa al mar, renuncié al sol
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