jueves, 8 de agosto de 2013

Lección de Futuro

Podría desear no haberte conocido jamás pero es lo mejor que me ha pasado, has sido gran lección de mi vida, tómatelo como un guiño
Cientos de ejércitos de mariposas se postran ante mis ojos, para recorrer la felicidad proporcionada por sus alas plateadas, desprendiendo polvo estelar
No me importa que mi vida gire como una ruleta rusa, sin saber dónde detendra su moviminto circular; Mi capacidad superacional me invita a asumir el riesgo de lo imprevisible
Adelanto los problemas por la derecha, lo prohibido lo imponen algunos que dicen ser iluminados, pero su luz se apaga al morir el reloj de arena
Mi talón de aquiles se fortalece cuanto más es vapuleado, mi único dolor es no darme cuenta antes del valor de mi persona, de que mi techo lo voy poniendo más alto cada día que cuela, tan sólo con mis actos, de los que me responsabilizo y enorgullezco
Una plaga de pasividad relegada conquista mi atención al instante, como un flechazo
La Tierra Prometida es una utopía, pero si buscas hallarás algo similar, una tierra a tu imagen y semejanza, forjada con acero depurado por corazones nobles
Evacuar el pasado con cubetas desbordantes de lágrimas no es solución para un problema repetido miles de veces al día
Abandono ser un receptor, de momento dejo de captar, emito, proyectando mi propio canal con su codigo adecuado, lejos de vuestro lado
Podría regar mi jardín con tus recuerdos perecederos, pero se volvería gris, desorientado, mejor rociarlo con porciones de algo nuevo, para que crezca esperanzador
Millones de átomos, de protones, rodean mi núcleo, soy todo positividad ante las negativas inculcadas por lo erróneo, como un cuerpo inmantado a la inversa, no atraigo, repelo
Podría haber encargado mi lápida, para que rieras sobre ella, sin embargo invierto ese dinero en construirte un monumento porque tu propósito agitó erróneo, el intento de destruirme encaminó mi ruta, abrió mis ojos, me cumpliste el mayor favor
Podría rendirme fácilmente, pero soy un terco, cabezota, que lucha por sus objetivos en este instante fugaz que denominamos vida. Siempre volveré. Supuestamente podría mirar atrás, cosa que siempre la inercia me provocó hacer, pero ahora me gusta más mirar adelante, soy digno de un futuro no muy lejano


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