miércoles, 18 de diciembre de 2013

Tu verdad

Revolotéa arisca danza de pétalos, en forma de arsenal de rimas, dejándose atraer por tu inercia de belladona.
Derrama tus lágrimas, encharcando mi cuerpo, con aquello que piensas y guardas para tus secretos mas inconfesables.
Apódame como tu mar, en el cuál neveguen tus más íntimas fantasías, donde chapoteen tus caminares azucarados.
Corres el grave riesgo de que tu verdad sea idéntica a la mía; Demorándose a la hora de aparecer, como el color floran en la respirable primavera.
Convertido en puzzle, deseando ser armado con tus inocentes manos de camomila sedosa, que cuando acarician mis mejillas, inspiran a escribirles sobre su vía láctea.
Prohíbete amar mi cuerpo, pues marchita, torna añejo con el paso de los cantares matutinos; Sólamente anhela mi corazón, se mantendrá jóven eternamente, para regalarte racimos de felicidad pecaminosa, cuando bajes al desván o levites hacia las nubes.
Si tengo que morir, que sea en el cónclave que da forma a tu pecho, en la mediatriz que decanta tu sonrisa besando la mía; Dorando nuestros poros, duchándonos con ráfagas de sol en los solsticios crepusculares.
Fiel guerrero alado, impulsado por tus cantos de sirena solitaria, irreprimible hacia tus encantos... Evita formularte preguntas, pues mis latidos son tú única respuesta.


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