Desquebrajémonos
nuestros sentidos al completo, abusemos de ellos hasta que no den mas
de sí mismos. Volvamos a hallar lo que descuidamos ante el telón
que levantamos enfrente de nuestros ojos. Volemos hacia aquella nube
con la tesitura de nuestros cuerpos, recostándonos sobre su dulce
esponjosidad, jugando a apostar quién se roba más besos.
Robemos su lluvia y
bailemos en torno a ella, convirtiéndola en inexplicables palabras
de amor
Abrazémonos tan
fuerte, que no le demos tregua al pensamiento, dejando sencillamente
el espacio justo para respirar con cuentagotas. Desgastémonos con la
mirada, fundamos la expresividad de las palmas de nuestras manos,
frente al cuerpo gemelo.
Seamos cómplices
del otoño, dejándonos arrastrar como dos hojas alocadas por la
marea del viento.
Aceptémos ser
espejo el uno del otro, para recordarnos nuestra personalidad cuando
la luz se extinga. Borremos las inquietudes del futuro y caprichos
del azar con el roce de nuestras sonrisas.
Amémonos al
despertar, al atardecer, al caer la noche… Corramos sin prisa pero
sin pausa, de la mano, hacia la playa donde poder sumergirnos en
nuestros sueños. Alcémonos tan alto como los astros y estrellas,
que nos miren con envidia al observar que estamos unidos por un lazo
estrecho e irrompible.
Despertémonos con
caricias sobre nuestra fisionomía, apoyando nuestros deseos entre mi
espalda y tu barbilla. Escapemos de la rutina, juntos hacia nuestra
elegía, con la melodía de nuestros corazones imponiéndose a todo
lo demás.
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