jueves, 29 de octubre de 2015

Su mejor historia

Mientras él relataba sus experiencias en su cuaderno, ella, con su ténue fogosidad, le arrancó el bolígrafo de sus empalagosas manos. Y dijo algo así como: “Deja de escribir tu vida en unas hojas vacías y dedicate a vivir más”. Desde entonces, su cuerpo desnudo, fue la mejor libreta donde él pudo plasmar su mejor poesía. El sabor de sus labios se impregnó sobre las líneas perfectas de su silueta, mucho mejor que la tinta… Y su pelo borró las penas de su alma con tan solo su fuerza de rozamiento. Sus ojos, guardaban un eterno manantial de inspiración, del cuál tomó sus mejores apuntes, para después susurrarlos, sobre su esencia. Y el tiempo, lo midió, apostado sobre el pecho de ella, contando el tic tac de su corazón. Así fue como descubrió que la mejor historia no se relataba, sino que debía vivirse...

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