Simplemente, tu
inocente sonrisa ilumina cada uno de mis días… Me trae recuerdos
de cuando era pequeña y al igual que tú, sonreía a mi mamá o
abuela. Y por supuesto, de cuando tu mamá me miraba al cargarla en
brazos.
Escasas cosas valen
la pena en mi vida, tanto como cualquiera de estos instantes a tu
lado, los cuáles son únicos e irrepetibles.
Sé que no lo
entiendes, que tus únicas preocupaciones son jugar en el patio del
colegio, llegar a casa y poner el canal de dibujos toda la tarde,
después de practicar tu caligrafía en los cuadernos Rubio, eso
contando que no te quedes frita después de la comida del mediodía.
Luego por la noche
caer rendida mientras te observo para poder irme feliz yo también…
Adoro la forma en que te haces una bolita entre sábanas y se tornan
rojizos tus carrillos.
Tu cuentas con tus
pequeños y frágiles dedos, los días que llevas de vida, yo sin
embargo cuento los que me quedan, pero no importa mientras no me
faltes.
Sé que no
entenderás el valor de mi persona hasta que no me haya marchado,
porque de pequeños tenemos otras prioridades, es normal, lo entiendo
perfectamente.
Cuando crezcas,
desearás cumplir la mayoría de edad para poder hacer lo que
quieras, pero no te equivoques, vendrán responsabilidades,
problemas, deberás afrontar muchas cosas por tí misma,
desapareciendo tanta inocencia, junto a la niñez.
Perdona que escriba
todo esto, pero la soledad que me abraza es demasiado dura, sólo me
quedas tú, tu mirada, tus pequeñas carcajadas, los momentos en los
que te visto y pataleas, cuando sales corriendo y vuelves la mirada
hacia atrás, o cuando me das la mano…
Tu abuelo estaría
feliz de poder compartir toda esta enorme magia que se esconde en las
cosas más pequeñas, pero se fue, aunque no sin bajarme un lindo
ángel del cielo, que me ayudase a sobrellevar los días venideros
hasta que llegase mi hora.
Así que jamás
dejes de sonreir… Y si lo olvidas, dejaré estas palabras detrás
de esta fotografía entre un viejo libro, por si no estoy… para que
puedas saber lo que sentía, cuando tengas uso de razón.
Y entonces me
recordarás, me echarás de menos y te arrepentirás de muchas cosas,
pero no te lamentes, lo sabré… Te Quiero
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