sábado, 3 de octubre de 2015

Mientras no me faltes

Simplemente, tu inocente sonrisa ilumina cada uno de mis días… Me trae recuerdos de cuando era pequeña y al igual que tú, sonreía a mi mamá o abuela. Y por supuesto, de cuando tu mamá me miraba al cargarla en brazos.
Escasas cosas valen la pena en mi vida, tanto como cualquiera de estos instantes a tu lado, los cuáles son únicos e irrepetibles.
Sé que no lo entiendes, que tus únicas preocupaciones son jugar en el patio del colegio, llegar a casa y poner el canal de dibujos toda la tarde, después de practicar tu caligrafía en los cuadernos Rubio, eso contando que no te quedes frita después de la comida del mediodía.
Luego por la noche caer rendida mientras te observo para poder irme feliz yo también… Adoro la forma en que te haces una bolita entre sábanas y se tornan rojizos tus carrillos.
Tu cuentas con tus pequeños y frágiles dedos, los días que llevas de vida, yo sin embargo cuento los que me quedan, pero no importa mientras no me faltes.
Sé que no entenderás el valor de mi persona hasta que no me haya marchado, porque de pequeños tenemos otras prioridades, es normal, lo entiendo perfectamente.
Cuando crezcas, desearás cumplir la mayoría de edad para poder hacer lo que quieras, pero no te equivoques, vendrán responsabilidades, problemas, deberás afrontar muchas cosas por tí misma, desapareciendo tanta inocencia, junto a la niñez.
Perdona que escriba todo esto, pero la soledad que me abraza es demasiado dura, sólo me quedas tú, tu mirada, tus pequeñas carcajadas, los momentos en los que te visto y pataleas, cuando sales corriendo y vuelves la mirada hacia atrás, o cuando me das la mano…
Tu abuelo estaría feliz de poder compartir toda esta enorme magia que se esconde en las cosas más pequeñas, pero se fue, aunque no sin bajarme un lindo ángel del cielo, que me ayudase a sobrellevar los días venideros hasta que llegase mi hora.
Así que jamás dejes de sonreir… Y si lo olvidas, dejaré estas palabras detrás de esta fotografía entre un viejo libro, por si no estoy… para que puedas saber lo que sentía, cuando tengas uso de razón.
Y entonces me recordarás, me echarás de menos y te arrepentirás de muchas cosas, pero no te lamentes, lo sabré… Te Quiero


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