miércoles, 7 de octubre de 2015

Amo el momento

Amo la ternura con la que pataleas sobre la humedad de la cama, después de propiciarte una dosis de cosquillitas sobre tu vientre descalzo. Y más aun amo cuando te cobras venganza rato después, acercándote a soplarme la cara mientras dejo descansar mis párpados tras un momento de éxtasis.
Entre juego y juego, nos dan las tantas, pero no importa, sabes que me encanta; También me encanta repetirte que el océano a tu lado, parece un pequeño charco, nada comparado a la exquisita curvatura que enfoca tu retina.
¡Como me gusta hacerme el dormido para que entres a la ducha!
Y pillarte por sorpresa, enjabonando tu piel de terciopelo con la yema de mis dedos, mientras entono un dulce tarareo mezclado con la melodía del agua que al caer, rocía tu pelo.
Me aprovecho de tu estado de relax para masajear tus salientes omóplatos, a la vez que hago recuento de cada uno de los lunares que estampan tu cuerpo.
Y muero, cuando te giras, acaricias mi rostro, entre luz de velas, pétalos rojos, sonando de fondo nuestra canción en la radio, con la cuál me sonrojo.
Y me besas bajo una cortina de agua templada, calando la cercanía que separa milimétricamente tus manos de las mías.
El reloj parece detenerse, contrariando al corazón, que late fuerte. Y nos deslizamos las sonrisas
por cada poro de nuestra epidermis, volviendo locos los sentidos, congelando el momento, sabiendo que esta noche no dice adiós, tan solo hasta luego.


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