miércoles, 28 de octubre de 2015

Mi esencia

No hace mucho, la soledad solía pasearse a sus anchas por mi camino, y no diré que ha desaparecido, pues sigue haciendo acto de presencia en contadas ocasiones. Pero me he acostumbrado a ella, es una fiel compañera para bailar en los momentos más tristes.
No hace mucho, el amor era una palabra sin sentido para mí, hasta que comencé a dejarme llevar, fluyendo en mí sentimientos desbordados, que ni sabía que existían. Y puedo decir, que el amor es lo más bonito que existe, que es una medicina gratuita, capaz de revivir corazones congelados, al menos a mí, me ha funcionado… no sin antes romperme en mil pedazos.
Pero para que tu persona empiece a cobrar sentido, antes debe sufrir, debe aguantar jarros de agua fría, debe aprender de los errores, superarlos, para hacerse hombre.
El miedo, poco a poco fue transformándose en atrevimiento, en locura, en arriesgarse por todo.
Que haya visto miles de historias, me ha hecho adquirir tolerancia, aceptación, entrega y comprensión, pero sobre todo muchas emociones… Y es que mi vida sin el vello de punta y sin lágrimas, no sería mi vida.
Lo de pasear y observar, inventando mil historias se lo debo a mi imaginación, la cuál mantiene vivas mis esperanzas y sueños. La que se guarda dentro como oro en paño.
A veces siento tantas cosas a la vez, que no las puedo parar, ni tampoco explicar, aunque si pudiese explicarlas, no sería mágico.
De vez en cuando aparece mi defecto de creer que todos van a pensar como yo, de que todos saben dar en la misma medida, pero no es posible, es lo que nos hace únicos. Y luego me tranquiliza saber que mi felicidad, en su mayor medida, procede de intentar hacer felices a aquellos que me quieren en sus vidas. Para mí hacer algo por alguien, es síntoma de motivación.
La vida no es pacífica, es una guerra, mayormente contra uno mismo; Tampoco es tan maravillosa, es un oasis que aparece intermitentemente. Y mucho menos es fácil, es para valientes.
Hoy estamos felices, mañana nos derrumbamos, hoy tenemos algo, mañana lo perdemos todo, en continuo cambio, porque nada es para siempre.
Pero lo que ahora mismo tengo, nadie me lo roba, ni siquiera los pensamientos que me llevan a tener miedo a perderlo. Es mi vida, yo elijo, yo doy órdenes, yo escojo lo que quiero hacer, y con quién hacerlo. Hay cosas que sucederán, otras que quedarán en la lista de deseos por cumplir, pero… lo que tenemos es mucho más de lo que muchos desearían tener.
Hoy, mañana y siempre voy a ser yo mismo, voy a mantenerme firme en mi filosofía, sin importar cuanto hablen de mí o me critiquen. Al final, sólo al final, cuando se extinga toda esta etapa tan cargada de altibajos, podré estar orgulloso de haber sido la persona que he querido ser.

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