Siempre nace una
flor, para luego morir tras su explosión de color, es ley de vida.
Al igual que afloran
sentimientos dentro de nosotros, que llegados a un punto, hay que
dejarlos marchar; Simplemente, se montan en otro tren, distinto al
nuestro.
Que decir de un
camino que se comparte, durante días, meses, años, quizás una vida
entera, pero que tarde o temprano se bifurca, sin poder evitar el
adiós.
Quisiera inventar
una vida perfecta, pero no existe; Únicamente queda avanzar, aunque
a duras penas se pueda conseguir, mirar hacia delante, sin olvidar lo
que dejas atrás.
Agarrar tu maleta de
recuerdos hermosos, enterrar la de recuerdos tristes, marchar…
Estamos rodeados de
momentos, de los cuáles la mayoría son negativos, pero alimentados
por la esperanza de una minoría cargados de felicidad.
Acostumbrados a
regirnos por unas normas, por una serie de acciones que te catalogan
como “bueno” o “malo”. Pero… ¿Acaso es malo vivir la vida
a tu manera?
Es triste ver
marchitar sueños, olvidar sonrisas, dejar de ser felices, pensar en
el mañana disponiendo del regalo del presente… Pero somos humanos,
no perfectos.
Lo único que no
volverá es el tiempo que estamos malgastando, pero… no podemos
evitarlo...
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