No digas adiós, di hasta luego

Hoy es domingo, pero no cualquier domingo. De camino por la frescura de una tarde con pinta primaveral, me he percatado de varias despedidas con sabor a hasta luego.
Madres abrazando a hijos mientras el padre cargaba las maletas en el coche, novios diciéndose adiós a través del cristal de un autobús, amigos de toda la vida que toman rumbos diferentes pero saben que siempre su amistad va a perdurar pase lo que pase.
Cuando llega esta fecha yo siento que aquí es cuando empieza un nuevo año, retomando la rutina, empezando nuevas carreras,  oportunidades...
He sufrido despedidas todos los años cuando septiembre equilibra su balanza, pero por suerte este año no tengo que hacerlo, todas las personas que quiero y me importan se quedan cerquita de mí, excepto algunas que se van a estudiar fuera, pero seguro que ni saben que son importantes para mí, ni lo imaginan; Esas personas con las que por fin empiezo a ser feliz.
Pero al ver dichas estampas me han venido recuerdos pasados, haciendo ver a quienes tienen casos de este tipo, que si algo es verdadero nunca se acaba. Ni distancia, ni caminos distintos separan, al contrario, unen mucho más porque al separarse, uno se da cuenta de cuánto necesita al otro; Eso amigos míos es algo maravilloso