jueves, 31 de octubre de 2013

Hasta después de la muerte

Me encanta cuando te postras junto a la ventana, con tu cabello pegado ante el desparpajo del cristal, esperando mi llegada, las luces de mi viejo coche apareciendo al final de la calle...
Repitiendo cada noche ese momento, como si rebobinase una cinta de cassette, similar, únicamente cambiando tu vestimenta, el color de tu pelo, la letanía del tiempo caprichoso revelándose afuera...
Lo siento tanto... Jamás regresaré por mucho que me esperes... Aún eres jóven, capaz de rehacer tu vida, no puedes ni debes aguardar por alguien que jamás retornará a tu lado...
Perdona por marcharme así, de una forma cruel e inverosímil, perdona si te alimentas de mi imagen retratada en una foto... Créeme que a mí me duele más que a ti, que duermo cada noche a tu costado, sin poder parar tu llanto, ni poder acariciarte, ni decirte lo mucho que te quiero... Verte sin poder sentirte, ni abrazarte, ni besarte amor... Desvariando tu sonrisa
Hace ya dos años que deambulas perdida entre sombras, sin razones ni explicaciones, pero a veces el destino aparece, no tiene respuesta para todo lo que pasa.
Yo... simplemente me fuí, en aquella noche de paraguas y plata fina, cuando volvía a tu encuentro...Estoy en shock dentro del túnel, recordando cuando aquella marea de granizo irrumpìó sin avisar, precipitándome por un acantilado insalvable... Todo se marchó entonces, excepto tu recuerdo eterno... Nada pude hacer... Y me duele...
Estoy aquí cariño, aunque no puedas escucharme ni verme, pero tienes que ayudarme, estoy atrapado en un lugar peor que cualquier otro...
Siempre supe cuanto me amabas, pero no hasa este punto, es cuando me he marchado, el momento culmen que he entendido más que nunca la palabra «amor», hasta después incluso de la muerte. Pero no debes hacerlo, no puedes ser tan egoísta contigo misma, la vida te ha regalado lo que a mí me ha quitado: El tiempo y la oportunidad de disfrutarla..
Estoy a medias de camino entre la luz y la oscuridad, sentado en un pasillo sin principio ni fin, pues no podré hallar la salida, hasta que seas feliz, para que pueda descansar en paz, mientras eso ocurra, cuidaré de ti...
Otra noche más delirando entre sábanas de lija, fulminando los sueños, golpeando tu corazón aparchajado, cara a cara con el desánimo, pero tranquila, pronto amanecerá...


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