viernes, 25 de julio de 2014

For Gaza



Es tan sencilla la injusticia, el egoísmo, la crueldad… Caminos tan fáciles para los cobardes, que llevan a destruir a los demás sin compasión. Tanto para los que ordenan, como para los que reciben ordenes, igualmente no tienen perdón posible. Y puede que a nosotros nos acribillen sin darnos opción a defendernos, puede que caigamos en este frente, perdido a ojos del mundo, pero tarde o temprano ellos caerán igualmente, pues la vida sólo tiene un final posible. ¿Qué le hemos hecho nosotros? Bastante tenemos con llevar una forma de vida empobrecida, demasiado duro es salir adelante sin apenas algo que echarse a la boca, sin trabajo, vistiéndonos con harapos encontrados en cualquier basurero, llenos de parches y deshilachados, sintiéndonos marginados, ceros a la izquierda, sin más ayuda que la que nos aportamos nosotros mismos.
Por si no fuera suficiente, vienen con sus aviones, nos bombardean, despedazan la poca esperanza de vida, provocan caos en este sitio ya caótico de por sí, matan inocentes que tan sólo queremos vivir con lo poco que tenemos. Nos impiden ser felices. Siempre los pobres, los que menos tienen son las más perjudicados, endebles, vulnerables… Por eso la vida es algo injusto, donde pocos tienen lo que merecen, para bien o para mal.
Lo que es lamentable, es que se crean seres superiores, más fuertes, por el simple hecho de llevar un arma, por estar protegidos por un casco y chalecos antibalas. Se equivocan, la verdadera fuerza es poder sobrevivir en este lugar sin tener fuentes de vida posibles, seguro si ellos estuvieran en nuestro lugar, serían los más débiles del mundo. Su misión no es matar, ni ordenar hacerlo, sino sobrevivir y llevar una vida feliz, no elegir el destino de los demás. Los Dioses no existen; Si ellos creen eso, pobres ilusos. Me pregunto qué harían si lo mismo que ellos hacen, se lo hiciesen a sus familias... Que triste…
Puede que yo muera hoy, o mañana, o que mi instinto de supervivencia me lleve a escapar lejos…Pronto lo sabré… Y no creo que esta carta llegue a manos de nadie, ni lo pretendo, pues el mundo ya no tiene solución.
Puede que maten, que arrasen, que roben futuros, que se rían y disfruten haciéndolo; Pero yo sonrío igualmente, porque al final, ellos correrán la misma suerte. No todos vivimos igual, pero sí acabamos de la misma forma.


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