Caminé por el cementerio de mis recuerdos, intentando
pegarle fuego a los malos, y robándome los buenos, para revivirlos cada vez que
me viniese en gana.
Error de cálculo, pues debo que vivir con ellos, gratos o
crueles, pues parte de mi vida han sido, me guste o no. De todos ellos he
aprendido, por eso, no puedo intentar borrar una parte de mí. Dejaría de ser la
persona que soy actualmente. Pues mi madurez, mi experiencia, los caminos que
he tomado, han sido mayormente gracias a lo malo. Me han hecho fuerte, para que
hoy con cualquier cosa buena que me
ocurra, sea inmensamente feliz.
Y no me arrepiento de nada, sé que he tomado las
decisiones correctas. Hasta que dichos caminos se han cortado, dando paso a
otros, llamados presente. ¿Qué sería de un presente sin recuerdos?... Un pasado
perdido…
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