En la vida, todos tenemos una caja de verdades; Y os preguntareis ¿Qué es eso? Pues se trata de un lugar donde almacenamos una serie de verdades que ocultamos, que sólo sabemos nosotros mismos, y que nos da temor o cierta vergüenza contarlas. Pero yo hoy voy a compartir dicha cajita, porque en el fondo no tengo por qué avergonzarme de nada de lo que hago, simplemente soy como soy y así me muestro. Seguramente de la siguiente lista, muchos os sentiréis identificados con algunas cosas, con otras no, pero ahí está la clave. Tenemos cajitas totalmente diferentes. Creo que la razón más de peso por la que no contamos estas cosas es por miedo a que nos rechacen, nos digan frikis, que somos tontos… Pero yo digo que la persona que nos quiera nos aceptará con todo, y que seguramente los que se rían de esas verdades que te hacen especial, son los primeros que hacen también esas cosas. De momento, yo muestro mi lista.
Lloro mucho con las películas románticas, quizás porque valoro mucho lo humano, lo que llega al corazón, siempre he jugado a levantar sillones como si fuesen tronos de Semana Santa, imitando la voz de un capataz, y menudos momentos con la cinta de marchas y el casette en lo alto. También he jugado con muñecos de niños y nenucos de niñas o cualquier otro… miles de esas veces con mi hermana; Unas veces sentándolos en sillas como si estuviesen en la escuela, otra vez en una casita hecha con trapos enormes… Era mi infancia y era feliz haciendo eso.
Yo pongo vocecitas diferentes según el grado de confianza de las personas. Normalmente hablo como siempre, pero cuando tengo confianza hablo con vocecitas que pueden parecer tontas, pero me encanta jaja, de seguro eso os pasa a much@s. Ni que decir tiene coger cualquier muñeco e improvisar una voz hablando como si fueses él. Es típico
Me he imaginado alguna que otra vez que soy una estrella de fútbol, o un cantante, como si estuviese realmente en mi cabeza.
He visto los Pokémon, los Digimon, he jugado a juegos de ese estilo y ¡Oye! Si veo que los están echando en la tele, aunque tenga 27 años, me paro a verlos porque me gustan, la infancia no debe perderse y punto
Y lo de llamar al timbre y salir corriendo es típico, tanto de pequeño como ahora eh, que a veces la vena infantil resurge y es imparable. Y para todos esos hombres que dicen que no se han masturbado… que le cuenten esos cuantos a otras personas. Todos los hombres hemos hecho eso, yo incluido, nada que esconder.
También me ha dado por abrir armarios y probarme ropa de toda clase; Grande, pequeña, de mujer… Cuando eres pequeño tiendes a experimentar, y luego veías el espejo y te meabas de risa. Cómo decir tacos en mi casa y luego cuando hay visita ser más bueno que el niño Jesús.
Luego está lo de eructar y tirarse pedos. En casa lo haces en cualquier rincón, pero después vas con amigos y tu novia y te los aguantas e intentas que no se te escapen, a toda costa.
Ahora voy con Mamá: “Mamá, dame un euro que tengo que comprar un bolígrafo para el instituto”. Y luego es mentira y me compro chucherías o cualquier cosilla. Esto creo que todo el mundo alguna vez lo ha hecho, seguro. O jugar al fútbol en el patio, romper una maceta y cuando viene tu madre te dice: “Ya has roto la maceta”. Y tú sabiendo que lo has hecho, niegas rotundamente.
O decir: Yo nunca voy a hacer esto, ni loco. Y el tiempo me quita la razón y lo hago; Por eso nunca digas de esa agua no beberé.
Lo de ir caminando por la calle y encontrarme con alguna persona con la que no mantengo relación y me diga: “Me alegro de verte”. Y sonrío levemente pero por dentro estoy diciendo: “seguro que sí, eres más falso…”
Si no bebo, no bebo. Yo no voy a beber porque los demás me digan “venga tío échate algo, no seas soso” Eso es un error. Primero gustarte a ti mismo, no a los demás. Ese fallo nunca he caído, muchos lo hacen.
Alguna que otra vez me han dicho: “Te voy a contar algo pero no se lo cuentes a nadie” Y me ha faltado tiempo para contárselo a alguna persona quien tengo confianza. Os suena ¿verdad?
Podría poner muchas cosas más, pero me tiraría todo el día escribiendo. En definitiva lo que quiero transmitir, es que no pasa nada por contar lo que te gusta, lo que haces, porque eso es lo que marca la diferencia entre los demás. A quien le guste bien, a quién no le guste, es su problema. Lo que no se debe ocultar es quién es uno mismo en realidad, ni reírse de otro porque haga cosas que puedan parecer tonterías, porque si a esa persona le gustan, no hace nada malo. Quizás la misma persona que se ríe, también las haga, sólo que no sea lo verdaderamente valiente para expresarlo, por miedo a que se mofen, como ella hace con los demás. Eso se llama fallarle a tu propia personalidad. Por eso, mi cajita de verdades está abierta. No me preocupan los que critiquen, me digan tonto romántico, payaso, friki… Me importan los que de esa cajita de verdades hacen de mí una virtud, con ellos me quedo. Prefiero ser un payaso y hacer reir, un romántico y poder llorar, expresar mis sentimientos, antes que ser una persona que encajona su verdadero “YO” por gustar a los demás. Eso no es ser feliz, y yo… lo soy
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