martes, 27 de mayo de 2014

Te Descubrí a TÍ



Pereció la oscuridad diurna demasiado tiempo, mientras permanecía impávido bajo un árbol herido, observando las estaciones gloriosas, pero no llegabas.
Esperaba ansiosamente deleitarme con tus ojos primaverales, arroparme del frío, con el manto sedoso de tu cabello, pero no llegabas
Deseaba cambiar el rumbo de mis sentimientos, tan sólo con tu mano, que me guiase hacia las estrellas universales, pequeñas y perfectas como luceros cabalgando en la noche… No llegabas
Buscaba refugio ante la cruel tormenta, bajo las aristas que moldean tus cálidos brazos, tus caricias aterciopeladas, desgastando mi rostro de cariño, pero no había nada.
Aguardaba pacientemente, para escuchar las palabras mágicas evaporándose en el interior de mis oídos, vocablos que salvasen mi alma, pero sólo escuchaba al viento
En los rayos de sol, indagaba por si me señalaban tu sonrisa de neón… Más sólo mostraban restos de flores marchitas, corazones puros quebrados. Sin aparecer seguías.
Cuánto más te buscaba, más lejos estabas; Cuanto más fuerte te llamaba, más te alejabas… Impotente, permití al tiempo correr sin mi consentimiento
El día menos esperado, caíste del cielo, como agua de mayo, como la solución a todos los puzzles incompletos de mi fatigada mente, como una heroína encarnada tras dos diamantes cristalinos, allá donde reflejarme y cautivarme. Entonces adiviné que eras tú, porque al fin llegaste, porque obtuve lo anteriormente deseado. Descubrí el Amor, te descubrí a TI.


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