lunes, 14 de diciembre de 2015

Finura



Me hiciste saber que mis palabras tenían un don, y me dediqué a comerte a versos lentamente.
Vi que eras como una delicada flor, así que calmé la lluvia para que no te hiciese daño alguno.
Giré ciento ochenta grados el reloj para que el tiempo no escapase de cada momento único.
Me di cuenta de que si yo fuera un árbol, tú serías mis raíces, las cuáles me hacían crecer tal como soy.
Y que el cielo era el espejo oculto en la finura de tus ojos, donde yo solía mirarme siguiendo unas pautas.
Los mechones de tu pelo son metáforas que esconden las leyendas de nuestra historia, como la de cuán difícil fue encontrarte; Como hallar un diamante en mitad del océano.
Y si el pasado cuentan que no puede regresar, vamos a dedicarnos a revivir instantes en los que el sol se ocultaba entre tu silueta y mi figura.
Y es que uno de tus cabellos se torna gris si alguno de los dos no está feliz.
Si fueras la luna, por tus cráteres me perdería, si fueses un mundo aparte, cogería mis maletas para vivir de tu locura.
Y si fueras princesa, ten por seguro te conquistaría.
Mi profesión es coleccionar fotografías de tus sonrisas y atesorar tus miles de caricias.
Cuando se esfume mi memoria, sabré como recordarte.
Hicimos un pacto sin firma, el contrato lo impuso la mirada; Desde entonces mi aliento vive de tu cariño, los sueños los abandonamos sobre la almohada., pues son tus besos mis más fieles estrellas.

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