viernes, 25 de diciembre de 2015

¿Dónde estarás?



Has olvidado el olor de tu perfume en el acogedor butacón donde me diste el último beso. Allí se quedó sentado el amor que tantas veces me juraste al oído.
Aun no entiendo el por qué te fuiste… Me dejaste desvestido y sin provisiones de cariño para pasar el resto de mi vida.
Porque no pienso amar ni una vez más, a ninguna mujer más. Fuiste solo tú y no habrá unos labios semejantes a los tuyos.
¿Cómo pasear sin agarrar tu mano?, ¿Cómo avanzar sin tus palabras de aliento? ¿Cómo conciliar sueño en la noche con la mitad de mi cama vacía? ¿Cómo vivir sin ti?
Mientras me ducho parece como si estuvieses tras de mí, susurrándome con pompas de jabón entre el goteo del  reloj.
Besar tus fotos no me hace sentir absolutamente nada, excepto dolor en mitad del pecho.
Mis lágrimas ya se han secado, incluso mi caminar parece alejado de la realidad, atrayendo pensamientos para tirar la toalla. ¿Dónde estarás?
Me hubiese cambiado por ti, aunque te aseguro que es peor el sufrimiento de quedarse aquí solo… Y es que no te culpo.
Tú simplemente te disponías a volver a mis brazos como cada noche a las tantas de la madrugada, cuando aquél inconsciente al volante adelantó tu partida, alejándote de mi lado para siempre. Mientras tanto, solo espero que llegue mi hora para reunirme junto a tu mirada, que empiezo a olvidar casi sin quererlo, querida esposa mía…


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