Te espero esta noche donde la aguja pequeña del reloj
indique la retórica de tu sonrisa, donde la aguja grande sea el vértice de mi
dedo índice palpando las dimensiones de nuestro éxtasis. No te olvides de colocar
señales que me faciliten el camino hacia tu cuerpo, pues aguarda tanta belleza,
que podría perderme en el intento de llegar a tus labios. Simplemente espérame
y avísame… Yo me encargo del resto.
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