El hijo que quiere dedicarse a aquello que su padre amaba,
con tal de mantener su espíritu intacto, o que, de algún modo se sienta
orgulloso donde quiera que esté. Observar aquél pequeño, cámara en mano, sonriendo,
experimentando, no importándole si se le da mal o bien, simplemente ilusionado.
Ese acto mágico, invadió mi mente de recuerdos, conmovió mi corazón, así sin
más. Y te das cuenta de que todo en esta vida tiene sentido, que hay quienes
supuestamente no están, pero observas su viva imagen a lo lejos, dentro de
alguien. Y sí, son pequeños grandes milagros. Hay quienes no hallarán sentido
en estas líneas, pero otros muchos, entenderán a la perfección el significado
que esconde.
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