martes, 28 de enero de 2014

La Nube y La Silueta


Aquella flamante nube,
Paseaba por el cielo abrileño.
Se creía una don nadie,
Sin ninguna hermosura ni talento

Vivía enamorada de una silueta,
Que caminaba bajo ella,
Casi siempre persiguiéndola.
Sin poder alcanzarla, sin rostro, pero bella

Cuando el sol hacía acto de presencia,
A todas partes la seguía
Por lo que afirmaba
Que si iba tras ella es porque la amaría

Valiente ignorancia la suya,
Pues lo que amaba era su propia sombra
Su reflejo clavado en la tierra,
Inculcado por el sol bajo su alfombra

Sólo que no se daba cuenta
de su valía, de su pureza
de que lo natural es belleza
No confiaba en lo que ella era

Seguro que tan valiosa nube
No amaría su silueta si supiera
Que no es mas que su reflejo,
El de un nimbo gris cualquiera

En ocasiones es mejor carecer de sabiduría
Así siempre estará enamorada de sí misma
Jamás lo sabrá, pero tendrá su amor
Pegado a metros bajo su estela, en su marisma

Y es que para amar
Hay que empezar por amarse
A sí mismo
Así alguna vez lograrán amarte



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