El fuego de la chimenea se extingue lentamente entre cuatro
paredes de cristal, quedando cenizas aun capaces de caldear el ambiente, sin
llamas, permaneciendo la habitación iluminada por el haz de luz halógena del
acuario, más el típico sonido de las burbujas que emite el motorcillo del
oxígeno.
Se produce un contraste de ideas cuando la difuminada luz
anaranjada de las farolas callejeras enrevesa la pálida cortina del
habitáculo., apenas en unos metros cuadrados de espacio.
La comodidad de un sofá nos mantiene cobijados, ante las
plácidas caricias que se otorgan nuestros dedos, mano con mano, sintiendo tu
fuerte respiración sobre mi oreja izquierda, esbozando una ligera sonrisa
mientras observas lo que escribo.
¿Cuál es el truco del momento? Es tan sencillo como que
cerrando los ojos podría teletransportarme a cualquier punto del mundo; Que si
desaparecieras, me desvanecería contigo, pero lo más curioso es que no sería
Magia, sería AMOR
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