Me voy a presentar a un concurso de cuentos infantiles, y lo voy a hacer con el siguiente relato, aunque no va dirigido sólo a los peques, sino también a los más grandes, porque la edad no importa, y hay quiénes son mayores y siguen sin comprender muichas cosas en la vida. Aquí está:
Me considero amante de todos los cuentos de hadas, de la magia que los rodea, envueltos en sueños y finales felices, pero hay algo que no me agrada demasiado: Que siempre los protagonistas sean princesas y príncipes, por llevar corona, vestidos de gala, por tener un reino... Pues a través de esta historia os voy a demostrar que una princesa y un príncipe no tienen que poseer nada de lo anterior, tan sólo teniendo un enorme corazón que derroche amor ya pueden serlo...
¿Quién atribuye esos nombres? ¿Por qué en los cuentos siempre el supuesto «príncipe» es el que vive feliz junto a la chica? Pues hay príncipes por ahí vestidos de pastor de ovejas, de leñador, con ropa vieja y maltrecha, sin dinero; Lógicamente hay princesas por ahí que no llevan zapatos de cristal ni pendientes de oro, simplemente pueden ser chicas con pantalones cortos o que practiquen deporte... Esa sí que es la realidad...
Aquí empieza mi historia....
A las afueras de la ciudad había un enorme muro de piedra, junto a una llanura extensa de hierba, tan verde como el color de la esperanza que dibujamos en nuestro interior
Zona casi desierta, porque nadie solía frecuentarla, excepto Eli, una chica de barrio, solitaria y callada; Rara decían, pero nada de eso, era diferente al resto... Siempre iba con un balón en los pies, con ropa rasgada y pelo alborotado, pero nadie jugaba con ella, pues decían que era un bicho raro.
Chutaba contra la pared, puesto que era su compañera de juego, la única que se atrevía a devolverle la pelota...
Un día ocurrió algo peculiar: Un chico empezó a observarla a escondidas, siguiendo un poco lo que hacía, cómo era, a qué se dedicaba... Así hasta que ese chico se acercó una tarde soleada hacia ella...
- Hola, le dijo muy tímidamente, a lo que ella le respondió de la misma forma
-¿Puedo jugar contigo?, le preguntó con una sonrisa en la cara, a lo cuál ella atóntita le respondió:
+ Nadie quiere jugar nunca conmigo, ¿por qué tú si ibas a querer?
- Pues muy fácil: A mí me encanta el fútbol, y por lo que veo a tí también, así que me encantaría...
+ Es que todos me miran mal porque soy chica y juego a la pelota, porque me cuesta mucho sonreir y soy muy tímida, es la razón por la que me gusta venir aquí y estar sola
- Pues a mí no me importa que seas chica y juegues al futbol. Si es lo que te gusta... ¿por qué ibas a ser rara? Y si te cuesta sonreir, deberían intentar ayudarte a que lo hagas, pero nunca dejarte de lado. En esta vida hay que saber aceptar a las personas por cómo son
+ ¿De verdad piensas eso?
- Por supuesto que sí. Bueno me llamo Fer, encantado de conocerte
+Yo soy Eli, un placer. Y por supuesto, puedes jugar
Eli no daba crédito a lo que había visto y escuchado esa tarde, lo que no sabía de momento es que su vida iba a dar un vuelco de 360 grados, tan solo en unos minutos el destino puede hacer que la vida se vuelva de revés. o ir a mejor...
Aquella tarde rojiza, ambos estuvieron jugando al fútbol hasta que el sol se ocultó tras del gran muro de piedra, y cada cuál tomó una dirección distinta para volver a casa, aunque en realidad la dirección que iban a tomar en su existencia, a partir de esa tarde sería la misma...
Cada tarde se repetía la misma historia, aquél lugar era el punto de encuentro de Fer y Eli, ya las tardes no eran tan solitarias y grises, ni tristes, ambos empezaron a ser uña y carne.
Se pasaban las horas muertas sentados, hablando, jugando fútbol, leyendo e inventando historias. Y por fin la timidez de Eli se fue perdiendo... Y la sonrisa empezaba a aparecer en su rostro cada día...
No importaba nada más, como si en el mundo sólo exisiteran ella y él, lo que dijera el resto era insignificante y omiso
Fer le dijo que era una crack del fútbol, sugiriéndole que hicera las pruebas para ingresar en un club de fútbol, cosa que ella se negaba porque no se creía capaz de ello.
Fué tanta la insistencia, la fe y confianza que Fer depositó en ella, que al final optó por hacerlo
A los meses Eli recibió una carta de que iba a recibir una beca para estudiar y poder ser futbolista en un futuro, pero había un problema: Debía irse lejos
Ella no quería alejarse pero Fer le insistió a pesar de que por dentro le dolería más que nada en el mundo...
Una tarde al caer la noche permanecían quietos hasta que ella pronunció la primera palabra:
+No quiero irme, no ahora, porque...¿y tú?
- Yo quiero lo mejor para tí, tu felicidad es la mía, que tengas la oportunidad que nunca has tenido y la aproveches al máximo, pues hay trenes que no vuelven a pasar dos veces
+ Pero tú has sido el que me ha sacado de dónde estaba, el que ha conseguido hacerme reir y sentirme importante... Me has cambiado la vida, te lo debo todo
-Por eso mismo tienes que irte, para demostrarle a todo el mundo que no eres ningún bicho raro, nada tienes que envidiar al resto, porque eres única, nunca has cambiado a pesar de la indiferencia y eso te hace ser especial, y la persona que mas quiero en el mundo
+ Yo a ti te quiero más. Nunca podré agradecerte todo lo que has hecho y haces por mí. Nunca voy a olvidarte y te prometo que algún día volveré
Esa noche sonó a despedida, tanto que el silencio ganó la batalla a las palabras... NO dijeron nada, tan sólo se abrazaron con fuerza y se dieron un beso, lleno de amor, que nada tenía que envidiar a los del cine, ni a ningún otro...
- Estaremos en contacto, dijo Fer
+Por supuesto, voy a hacerlo por mí y por ti, te lo prometo
Al día siguiente Fer no fué al aeropuerto a despedirla, pues no quería ponerse mal; Cómo eran las cosas, en ese momento el que estaba sólo, triste, y sin sonreir era él, en aquél descampado junto al muro, pero la vida es más increíble y mágica de lo que parece...
De pronto Eli apareció tras de él y apoyó su delicada mano en su hombro. Al girarse puso una cara indescriptible, y asombrado gritó:
-¿Qué haces aquí? Deberías estar montada en un avión rumbo a tu nuevo hogar...
+ Te equivocas... Anoche estuve pensando mucho. Mi hogar está aquí contigo, a tu lado
No puedo dejar a la persona que es mi todo, a quién apostó por mí desde el primer día.
Me da igual dedicarme al fútbol de manera profesional, pues prefiero jugar al gato y el ratón, o estar pasándonos la pelota hasta la noche, pero quiero que sea contigo
No soy tonta, sé lo que eres para mí, y lo que yo soy para tí, dudo que haya algo más increíble en la vida, por eso estoy aquí, porque nunca quiero perderlo
- Eso que dices es lo más maravilloso que me han dicho nunca... Yo tampoco quiero perderte, ni me gustaría que te hubieses ido, pero yo solo quiero tu felicidad...
+ Pero resulta que mi felicidad está aquí, a tu lado, y no me importa si llueve o hace sol, ni el lugar donde estémos, ni lo que hagamos, siempre y cuando sea contigo
- Te Amo, voy a estar contigo siempre, nunca te voy a dejar ir, y si lo haces, que sea conmigo
+Yo también te amo, ven acércate, abrázame, quiéreme como siempre lo has hecho..Para siempre....
Ese momento es mágico, y no es un cuento... Pasan muchísimas historias de este tipo en el mundo, todos los días...
Hay cuentos reales en el mundo, aunque no lo sepamos. Acaso Fer y Eli ¿no son como un príncipe y una princesa? Personas que se quieren, se aceptan y se apoyan todos los días de su vida... El amor verdadero puede con todo, aún sin tener nada material ni físico
No hay imposibles, ni cosas que sean sólo de chicos o sólo de chicas, solo hay que hacer lo que nos guste siempre, y las personas que nos apoyen en ello serán las que de verdad merecen la pena, hasta el punto de abandonar un sueño por ellas
Eso es lo que trato de que se entienda con este cuento... Se puede soñar, amar, ser mágico y vivir cuentos, pero sólo si sigues lo que dicte tu corazón
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