La belleza no tiene su sinónimo en la altura, el peso, la
edad, la forma de vestir, el peinado, en
la cantidad de maquillaje que pongas en tu cara, mucho menos en el color de
piel.
Desde mi entendimiento, ese adjetivo tan expresivo; “BELLEZA”,
se encuentra en los ojos de quién sabe mirarla.
Y si quieres sentirte bella o bello ante los demás,
primero debes apreciártela a ti misma/o.
Eses típicas cosas que nos hacen hermosos son, por ejemplo
nuestra sonrisa de picapica. La denomino así porque cuando la ves en el rostro
de alguien que quieres, hay una pequeña explosión en nuestro interior,
mostrando gentileza, amor, complicidad…
Sin duda alguna, hay muchos tipos de sonrisas, pero el
hecho de ir con ella reflejada en tu rostro, es la mejor prenda con la que
puedes vestir tu cara. Porque dícese que la sonrisa enamora… y no mienten
cuando lo afirman.
¿Y reír? Cuando ríes es porque muestras felicidad y
alegría. Lo más absolutamente increíble de este rasgo es que si la contagias,
estarás haciendo reír a tu entorno. También es belleza…Risa y Sonrisa juntas,
no tienen valor, sin embargo no cuestan nada sacarlas a flote.
Llorar… Siempre creemos que es triste llorar. Pero no; Es
una parte de nosotros, que nos hace entender que somos humanos, que tenemos
sentimientos más allá de un cuerpo material. Llorar refleja el rostro de la
belleza sufriendo o emocionándose.
Las personas lindas tiene ese “no sé qué”, incapaz de
describirse, pero que te incita a acercarte a ellas.
Otra forma de belleza reside en ser gentil y humilde.
Ayudar a los demás sin pedir nada a cambio, saber que eres especial en algo y
sin embargo jamás se te sube a la cabeza, siempre intentando mejorar. Los actos
de bondad, por pequeños que sean, muestran la verdadera riqueza inagotable del
corazón…
Mostrarnos a nosotros mismos, dejando fuera odios y rencores,
es otra gran virtud. Al final de la vida seguramente habremos de recordar que
todo lo conseguido ha sido reconfortante y libre de orgullo.
Ofrecer confianza y amistad a las personas, darles la oportunidad
de conocerte, ya sea por mucho tiempo, o porque te parezcan buenas personas.
Siendo amables, comprensivos y sinceros… Eso se llama ser una belleza de
persona.
No sólo confianza en los demás, sobre todo en ti. Si
sabes que eres buena persona, que haces todo aquello que te gusta, si sientes
satisfacción de ser quien eres, si te valoras como la gran persona que eres,
cuando te mires al espejo, verás que ese es tu mejor reflejo.
Una vez conseguido todo lo mencionado, el camino te
llevará al mejor destino posible y por explorar: El amor; Amor por tu familia,
por tus amigos, por la naturaleza, por tu pareja…No importa qué tipo de amor
sea, pero sí demuéstralo y házselo saber a las personas por las quienes lo
sientes. No escondas lo que sientes. Si tienes que abrazar hazlo, si quieres
decir algo “cursi” dilo, simplemente se trata de ser uno mismo si importar el qué
dirán. Ser único es bello.
El conjunto de cada una de estas pequeñas grandes cosas,
son lo que reflejan la verdadera belleza de una persona.
Así que si aún te consideras alguien ausente de belleza,
vuelve a releer este texto una y otra vez y cumple los pasos.
Cree en ti, quiérete y todo irá bien… Ser hermoso es ser
capaz de crecer como una flor en mitad de la sequía del desierto.
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