Tu alma, escondida tras esa coraza de frialdad, sumergió
sus raíces dentro de mi alma a medio cicatrizar.
Ese punto de sensibilidad que estaba destinado a salir
tarde o temprano, se hallaba en mi punto de mira.
Mi uso de razón premeditaba tu locura provocando a mi
cordura en un cambio de papeles. Y me solté de esta cuerda que tanto magullaba
mis ya heridas manos… Porque sabía que al dejarme caer, tú me estarías
esperando abajo.
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