Entre bastidores, buscas mi boca con ahínco. Aprovechas cada descanso
para planificar minuciosamente, como encontrarte conmigo en el
siguiente. La libertad me da una tregua milimétrica en el probador del
vestuario, donde tus manos calman mi ansiada espera, donde tu figura me
hace sombra como Diosa entre focos. Es una adicción, una flecha
envenenada fruto del deseo.
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