¡Buenos días princesa! Anoche no paraba de pensar en ti,
ni siquiera cuando me sumí en el más profundo sueño. Hasta que punto ha
cambiado mi vida desde que formas parte de ella.
Dudo mucho que en la infinidad del universo exista
alguien que se semeje a ti. Ese pedacito de cielo que tú eres, tiene un valor
incalculable. A veces mataría por poder despertarme a tu lado, refugiado en el
calorcito que sólo tu consigues darme. Y sí; Eres la culpable de mis sonrisas,
que se muestran de par en par, como nunca. Porque gracias a ti, he dejado de
sentirme sólo. Tú, pequeña, eres la razón por la que vine a parar a este mundo.
Y… ¿sabes qué?... TE AMO
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