Sin querer, se evapora el tiempo entre la fugaz
felicidad. Horas que escapan minuciosamente sin ser observadas. Allí al fondo
damos rienda suelta al no importar nada más.
Juntos, sobreviviendo como el pétalo de flor púrpura en
su frío invierno.
Adquiere sentido la compañía, de tan lindas manos que
alimentan mi espalda.
Quizás la razón del viento, fue estrechar nuestros lazos,
formando un valle inseparable.
No es necesario volar, si tú eres mis alas. Sin querer
vienes y vas, como rutina en perfecta sintonía. Necesito de tu voz para
respirar tranquilo, me calma, consigue el bienestar de mi alma. Fugacidad sí,
pero me completa, evitando arrojar la toalla
No importa cómo, dónde o cuándo. Tampoco casualidad o
destino. Importa que sin querer, sin darnos cuenta, somos parte el uno del
otro.
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