No es que huya, sólo evito, ignoro. Es la solución al problema. Quizás buscas buscarme,
pero no hallarás más que pasividad. Dentro de mí no hay rencores, mucho menos
sentimientos negativos. Es tan corta la estancia en este mundo, que no tenemos
derecho a la infelicidad.
Lentamente se abre el telón, destapando la única verdad
posible, dando paso al arrepentimiento, al cruel remordimiento de conciencia,
que lapida tu mente.
Te das cuenta, que todo es una vuelta de tuerca, que todo
el daño causado, se retracta contra ti, imparable, sin embargo… es tarde, es
algo imborrable. No es posible girar la hoja hacia atrás, para volver a
escribir esa página. Sólo queda asimilar, perdonarse, aunque claro está: Son
errores que siempre vivirán en tu mente…
Inolvidables como la vida misma
Pero eso es otra historia aparte… Por suerte para mí,
corren tiempos felices, que al fin y al cabo, es lo que importa
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