Muchas veces en la
vida, el miedo te hace flaquear, pero a la vez te mantiene alerta, no
siendo débil por ello, simplemente miedo tenemos todos alguna vez en
nuestra vida.
Tu vida es una
ventana abierta, por la que han pasado varios traumas, que de una
forma u otra siempre inciden en tu vida, aunque no quieras
reconocerlo. Se quedan ahí guardados en un rinconcito, que de vez en
cuando se cuela en tus pensamientos sin quererlo. Cosas que te han
pasado, que has sufrido, que has vivido, las cuáles quieres evitar a
toda costa. Pues hay experiencias que ojalá ni se viviesen nunca.
El filo de tu
sensibilidad es tan sumamente débil, que simplemente con rozarlo, se
daña.
Quizás nadie te
entiende, o hay cosas que solamente tú comprendes. Otras veces te
sientes infravalorado en tu entorno, generándose en ti dudas de tu
valía.
De pequeñas
gotitas, se va llenando el vaso, hasta el punto de rebosar,
precipitándose miles de sentimientos con ellas. Realmente hay
frustraciones que pueden no ser llevaderas, que acaban con tu ánimo
a pesar de ser el más optimista del mundo.
Hay miedos que
siempre irán contigo, porque a raíz de tus experiencias, te
acompañarán para mantenerte alerta. Es imposible quitárselos, pero
hay que saber vivir con ellos.
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