Perdóname si callo,
a veces no tengo nada que decir, simplemente otorgar paso al
silencio.
Te toca contarme un
cuento, en el que alguien se esfuerza, pereciendo en el intento,
dejando su fuerza en manos del viento. Que cuando se tiende una mano,
no se muerde, si no que se agarra bien fuerte. Todo se tuerce
ligeramente, dañando los cimientos de una columna sentimental , algo
diferente.
Pero cuéntame que
siempre hay alguien incondicional, que realza tus alas, curiosamente
te hace volar, únicamente te hace sentir capaz.
Nárrame cuando en
ocasiones alguien intentaba hacerte reír, sin obtener resultado,
pero en el interior iba curando tus pequeñas heridas sólo con
haberte mirado.
Transmíteme si
acaso vivir una vida propia, viviendo a nuestra manera es algo
erróneo, o quizás subir peldaños a nuestra escalera.
Sin olvidar que el
error abre paso al perdón, que toda historia tiene un valor, y que
dicho valor desemboca en alegría.
Cuéntame que somos
culpables de querer pasar todo el tiempo juntos, porque lo que el
corazón une, jamás debe separarlo la vida.
Que nunca olvide que
un corazón pequeño, puede llenar un alma vacía, día tras día,
aunque el invierno golpee fuertemente con sus sacudidas.
Marca con
fosforescente los instantes en los que me caía y me arropabas con tu
sonrisa, así mis problemas lejos partían.
Insiste en aquella
vez que me diste tu vida, sin hacer preguntas, colocando tu tiempo a
mi disposición… y ahora nuestros días juntos apuntas.
Sabes lo mucho que
me gusta este cuento, con sus cosas positivas y sus impedimentos,
cuéntame lo que significa este amor que yo siento.
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