¿Sabes? Puede que
me veas aparecer y pienses que soy fuerte, que puedo con toda la
carga que me echen, pero como dice el refrán “las apariencias
engañan”. Detrás de un alma llena de bondad, de una sonrisa
forzada, de un querer y no poder, se regocija alguien débil,
pendiendo de un hilo incluso más frágil que el cristal. Quizás esa
debilidad sirva para fortalecerme algún día.
Quizás tu partida
provocó en mí el miedo, o tus dudas, mi inseguridad. Quizás soy
diferente, aquél patito feo rodeado de cientos iguales, pero tu mano
me guió siempre en la misma dirección, mano que se perdió entre
mis dedos un fatídico día, en el que nada pude hacer por ti,
excepto desahogarme sobre tu cuerpo en paz.
Por naturaleza somos
frágiles, incluso aquél que cree ser el más fuerte del mundo,
algún día cae, tu bien lo sabes, cuando te separaron de tu otra
mitad. Aquella fuerza se convirtió en debilidad.
La vida es un
antónimo, siempre pasa lo contrario a lo que crees. Mírame, pensaba
tener un buen día, sin embargo me sorprendió un diluvio. Y
justamente quería buscar algo, sin conseguir encontrarlo, por el
contrario, un día paré de buscar y encontré los mayores tesoros de
la vida.
Me siento en esta
computadora, preguntándome miles de cosas de las que jamás obtendré
respuesta, porque cada pregunta me lleva a otras decenas más,
quedándose la cadena sin eslabones.
Esta noche aquí
bajo la luna casi llena, acompañado por la soledad del silencio y la
incandescencia de la luz artificial, pediría que bajases para hablar
contigo, pero por desgracia no es posible.
He aprendido más de
las cosas negativas que de las positivas, aún así nunca es
suficiente. Hay mucho por aprender, pero el tiempo es caprichoso
porque no da tregua, envejece tu corazón.
No me queda más que
deshacerme con el aire, dejarme llevar, ser arrastrado sin oponer
resistencia, quizás enfrentar las cosas no es la solución. Hoy no
lo sé. Sólo sé que flaquean las fuerzas, que llevo por bandera una
racha de tristeza, que la lejanía es más lejanía, si tú mismo te
despegas de tu sombra. Que hoy no es hoy, que mañana no es mañana
si te ausentas. Que nada es como lo pintan, que tu corazón pasa por
días grises, incapaz de ver el amanecer. Simplemente son líneas, no
son bellas, ni interesan, pero únicamente sirven para soltar lo que
dentro de ti encierras