No puedo evitarlo, pararme a mirarte lentamente, muriendo el
tiempo ante la brisa que recorre nuestros cuerpos abrazados. Sabiendo que es
necesario, y que un día sin ti, es un día tirado a la basura.
Y es que te ves tan preciosa, con esos tejanos rasgados, con
tus zapatitos de cristal azulado, con tu sonrisa de caramelo, paseando en el
frío invierno.
Acariciando tu pelo querría estar eternamente, hasta que el
cosquilleo de mis piernas dormidas acabara por despertarme de ese sueño real.
Si eligiera vivir encerrado en un momento, escogería
cualquiera a tu lado, pues tu corazón hace que gire mi mundo, tornando de color
aquello que por naturaleza es gris.
Amo tu particular manera de amarme, sorprendiéndome en cada
esquina, en la sala de estar de tu casa, simplemente cualquier gesto me parece
mágico.
Y sí, eres tan linda cuando caminas, cuando tus ojos cambian
de color según el perfil desde donde los miras, que no puedo disimular que me
encantas.
Hay veces que dejo paso al silencio, pero mi interior está
tomando el control, para hacerte saber que todo cuanto necesito eres Tú, por
despertar en mí el más grande amor.
Y es que cuando daba todo por perdido, cogiste mi mano, te
quedaste conmigo, es tanta la satisfacción de no sentirme solo, que aún cuesta creerlo, a mi vida das
todo el sentido.
Estar contigo, mi única meta, enamorarme de ti cada día más,
enloquecer cuando me besas, y no es ningún cuento de Cenicienta.
Créeme cuando te susurro que Te Amo, que mi cabeza vive en
las nubes, que mis pensamientos deambulan por tu imagen cada milésima de
segundo.
Y es que podría intentar descifrar lo que piensas, pero
mejor esperar esos impulsos cuando tú me lo cuentas
No puedo evitarlo, ni quiero evitarlo, que dibujas mi en mi
corazón con una tiza de princesa, que soy tuyo, que permanecer dentro de ti es
mi edén, que te amo por ser simplemente Tú
No hay comentarios:
Publicar un comentario