sábado, 4 de julio de 2015

A ti mismo

Aquella noche desgastada, rebosaba incertidumbre a cal y canto, mientras un diminuto lucero sobrevolaba con calma mis ideas una y otra vez, estrujando todas las respuestas posibles.
Tras la oscuridad no se hallaba ningún punto de luz, excepto el de aquella farola vieja e intermitente, tratando de resistir al paso de los años.
El eco de una delgada voz repetía “Seguiremos adelante”,aunque la esperanza de que lo invisible pudiese ser visto, se difuminaba minuciosamente.
En ocasiones, creía sentir una mano que apremiase mi hombro como símbolo de apoyo, pero estaba sólo, intentado escoger el camino que eligiese el viento.
Nada desinteresado se cruzaba en mi camino, mucho interés sí que lo atravesaba, pero supongo que así era todo. Así como cada día que pasaba me daba cuenta de que en la vida, sólo y exclusivamente en el mayor porcentaje posible, te tienes a ti mismo para salir adelante.

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