La esperanza,
puede a veces ir disfrazada de tentación. Esperas con ahínco la llegada de
algo, pero si llega demasiado tarde, el infierno está asegurado. Atizará tu alma
tan fuerte, que desearás incluso perderla. Dice el refrán que es lo último que
se pierde, pero puede ser lo último que hagas, por ello nunca te obsesiones con
nada.
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