Porque los diecinueve de marzo no son lo que eran, porque la
vida robó su magia desde que te fuiste… Porque no soy el mismo sin tu sonrisa,
sin tu robusta presencia, incluso con tu mala leche apareciendo por momentos.
¿Por qué no puedes bajar simplemente un instante para sentir
que estás bien? Sé que no puedo quejarme de felicidad, entiendo que puede
parecer un día lejano y normal, excepto para ti y para mí, que es muy especial,
ambos lo sabemos.
No estoy triste, al contrario, reboso alegría, porque pase
lo que pase nunca te olvido, te mantengo vivo dentro de mí, como el primer día
desde tu ausencia volátil. Para mí sigues vivo dentro de mí. Mi Pepe, mi segundo padre, tu día por partida
doble.
Hoy sacaré tiempo para ti, recogeré las primeras flores de
la primavera anticipada, para colocarlas después sobre tu hogar de piedra y
ladrillo. Pero antes, permaneceré sentado bajo el cielo entornado que nos
ofrece el día, mirando hacia arriba, esperando que aparezcas, de hecho sé que
lo harás… para estar tumbados a la luz del atardecer juntos. Hoy es nuestro
día.
Porque los diecinueve de marzo no son lo que eran, pero
ciertamente dentro de mí sí que lo son. TE QUIERO
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