Ella no es perfecta, quizás no está de moda, posiblemente no rompa
corazones al pasar, pero yo… simplemente con mirarla, enfermo de amor.
No es una de esas típicas muñecas de porcelana, es calma, también tormenta, un planeta lejano capaz de eclipsarte.
Sé que por ella volví a nacer, que bajo su piel esconde los secretos de la felicidad, capaz de volar incluso debajo del mar.
El secreto de su belleza reside dentro, parte de su embarcadero llamado “corazón”… Y es capaz de florecer hacia el exterior, culminar una obra maestra con un beso por el cuál navegar sin perderse.
Diferente a las demás, oculta de la fama, irrealmente real, una obra de
arte que va más allá, un perfume exquisito que te atrapa si te dejas
llevar.
La amo sin miedo, con ganas, hasta el punto de derrochar
sentimientos gratuitos por doquier. Y lo mejor es que el resto del mundo
está tan sumamente ciego, que solamente yo la soy capaz de amar.
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