Me someto a
miles de latigazos del viento y aquí sigo.
Las heladas de
las crueles estaciones destiñen mi color, intentando destruirme, pero resisto
con fuerza.
Cuando llora
el cielo, me empapo, para alimentarme, tomándome un dulce respiro, siempre y
cuando no arrecie intensamente.
La intensidad
del sol logra dejarme sin argumentos, fea y seca, sin embargo permanezco sin
caerme...
Miro a mi
alrededor y observo que soy la única superviviente entre el ramaje.
Con ello
quiero reflejar que todo a mi alrededor, de una forma u otra, en exceso,
intenta ponérmelo difícil. Lo que no esperaban es que yo fuese más fuerte que
todas las mencionadas dificultades.
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