De adicciones y otras drogas, me empacho de tu sonrisa,
cuyos efectos secundarios en mí, son recitados versos improvisados, que si
faltasen, mi vida se borraría como las letras una vez escritas en la fina arena
de playa. ¿Desde cuándo en mi cielo brilla una estrella así?
Tan pálida, a la vez tan luminiscente, que las demás la
esquivan, pues no le llegan ni a uno de sus vértices literales. Te traigo una
ofrenda en forma de corazón, pero sólo si me la intercambias por lo mismo. Así,
el destino compone tan hermosa sintonía, la simpleza de dos corazones latiendo
semejantes, como tambores lejanos, retumbando sobre la almohada.
Sinceramente dudo que fuese capaz de tallar tan bellas
palabras en cualquier papel, si no fuese gracias a la inspiración con la que
adornas mi estancia en este tren tan colorido de dos pasajeros. ¿Dónde nos
detendremos? No creo que eso ocurra, pues camina con el arte del amor, en vez
de gasolina. Sé que mis letras jamás serán una bella canción, pero van
dedicadas a ti, con todo mi corazón. TÚ con tilde en la u, un imposible
acentuado en realidad.
Tienes todas las papeletas posibles, te las regalo, tú
eres mi lotería, la ecuación perfecta, sin solución, una división imperfecta,
que multiplica mis sentidos. La suma de todos mis sentimientos para restar cada
tristeza.
Abre mi diccionario, la primera palabra es tu amor,
seguida de la felicidad que cicatriza mis heridas, esa cortina de color que
empaña el gris ocasional.
Más de lo que imaginaba, un para siempre, o mejor, una
eternidad; Hasta el infinito nos envidia, incluso el mejor autor, copia tan
hermosas poesías. Yo se las cedo, que se apodere de sus líneas, que las copie,
las publique como suyas. Me da todo tan igual, porque te tengo a ti, donde
encuentro todo aquello a lo que me quiero dedicar.
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