Yo simplemente
paseo, observo, aprieto el botón de capturar momentos, para luego,
colocar dicho momento congelado ante mi imaginación y retratarlo.
Tú, que yaces ahí
sólo, pensativo, dudando entre caminar o quedarte simplemente
sentado esperando que algo suceda.
Crees quizás que
nadie te acompaña, pero mira el entorno que te envuelve y piensa que
no todo es material, ni de carne y hueso, ni tan perfecto como te
gustaría.
No busques excusas
en el bar de la esquina, ni en el tiempo que ha dañado tu juventud,
pues hay vida más allá de todas esas insignificancias.
Te comento, que hay
etapas en las que yo también he estado igual que tú, pero las he
aprovechado para conocerme, para ser capaz de ponerme a prueba, saber
hasta donde podía llegar, buscando alguna meta u objetivo.
No intentes llamar
la atención, pues quien realmente te aprecie, acudirá a tí por su
propia iniciativa.
Querido amigo, el
corazón jamás lo daña el tiempo; Saber amar no se deteriora, la
sonrisa no se borra, el mundo permanece junto a tí, junto a lo que
tú eres.
Recuérdate, no te
sientas culpable, simplemente todos nos convertimos en una figura
anciana; A veces olvidamos, otras nos postramos en una cama durante
mucho tiempo, otros nos encerramos en una burbuja de mala leche.
Pero y tú… No te
incomodes por el hecho de necesitar apoyarte en un bastón, de no ser
capaz de recorrer el monte como antaño, de haber perdido a tu amada
más allá del cielo.
Si estás ahí es
porque antes de marcharte tienes alguna tarea pendiente, que no es
más que vivir plenamente mientras se te permita.
Te lo digo yo que te
observo mientras te robo una foto… ¿Lo ves? Ya has causado que
alguien se fije en ti para contar una historia inspirada, que aunque
sea producto de una imaginación desbordada, quizás tenga algo de
verdad.
No te preocupes si
alguna vez te sientes así, pues aun siendo jóvenes, aparecen
ocasiones en que nos olvidamos de vivir la vida, sin entender que
cada segundo que nos lamentamos, jamás nos será devuelto, es un
defecto de fabrica en los seres humanos.
Cuando eso suceda
levántate, abre los brazos en cruz y dedícate la importancia que
mereces, ya tendrás tiempo de lamentarte cuando no exista solución.
Es hora de irme, de
seguir contando historias, pero debes saber que este momento, queda
retratado para siempre. No te abandones, no estás sólo.